(Texto por Tillo).
Pablo Gálvez Zúñiga es un joven músico y compositor con varios proyectos de banda en su corta pero fructífera trayectoria. Debutó en el grupo Etiqueta Roja cuando estudiaba en la ciudad de Quinta de Tilcoco. Luego, se vino a Santiago, fue parte de Cosmonautas y La Reina Morsa, mítica banda extinta hace poco tiempo, la cual dejó canciones y tocatas de nostalgia y recuerdos para mucha gente. Por otro lado, es tecladista estable de Cristóbal BrIceño & La Estrella Solitaria, proyecto paralelo del multifacético vocalista de Ases Falsos. Este año publicó con La Medicina (un proyecto personal que evolucionó a banda) su primer LP titulado “Hipócritas“, donde se destaca el pegajoso single “Dark Washiturro“.
A Pablo le pedimos que inaugurara esta nueva temporada de “Dame esos 5“, en la que que como ustedes saben, pedimos 5 canciones chilenas para 5 momentos especiales. Pasen a ver el entretenido listado que nos dejó!
1. Un temón de aquellos:
Los Tres – Feria Verdadera
“Lo que más me impactó la primera vez que la escuché es que parte de una, sin ningún preámbulo ni intro, ni siquiera cuenta del batero. Justo la escuché cuando me debatía entre si era fácil o difícil hacer una gran canción, si existían ciertos factores o fórmulas para lograrlo. Era chico, recién tocaba mis primeros acordes y debo haber tenido unas tres canciones compuestas recién. Cuando escuché la “Feria Verdadera” me di cuenta de que no existían fórmulas, si no que todo debía fluir. Escribir y tocar lo que sale de tu corazón. Y si sale una gran canción o no, ya no dependería de uno, si no que de cómo la música sale desde lo mas profundo de tu alma. Pensar mucho te puede hacer estropear las cosas. Fue un gran aprendizaje gracias a esta rola, su mensaje y su fuerza. Me motivó a querer hacer grandes cosas, compositivamente hablando, a entregar todo de mí”.
2. Pa’ cortarse las venas:
Alex Anwandter – Tormenta
“No había escuchado nunca este disco y en una ocasión compartimos escenario en una tocata de un colegio en toma, el año 2013. La tocata era súper POWER y todas las bandas metieron mucha bulla, este hombre se subió solo con una guitarra electroacústica y tocó varios temas. Por supuesto tocó el tema destacado y por alguna extraña razón me pilló volando súper bajo. Creo que tenía mucha pena ese día, no recuerdo por qué y escuché con mucha atención la letra y la melodía, acompañado por un coro de cientos de pendejas que le daban mucha fuerza y a la vez mucho significado. Pocas veces me llega una canción a la primera, porque soy ultra analítico e intento escuchar todo lo que suena. Pero si sumamos todos los factores: escucharla por primera vez, ponerle atención, tener pena, el tema es nostálgico hasta la muerte y el coro de pendejas con sus voces chillonas y pasionales. Tocó mi corazón, difícil de tocar, de forma inmediata. Casi me sacó una lagrimita”.
3. Pa dejarlo todo en la pista:
Los Prisioneros – Estrechez de Corazón
“La he cantado miles de veces, porque siempre ha sido un desafío vocal. A veces sale hermoso y a veces como el hoyo. Me da risa el chicle y la redundancia musical que ha dejado la herencia de este disco, PERO eso no le quita en absoluto la increíble obra de arte que es. Creo que esta canción lo tiene todo, pasión brutal, un canto desgarrado, un ritmo movido extremadamente pegajoso y para rematar un coro y una letra para marcar unos cuantos pares de generaciones hacia atrás y hacia adelante. Cuando suena en cualquier parte se nota que a todo el mundo le llega, para dejarlo todo en la pista no basta con que tenga un ritmo genial, ingenioso o que tenga un bombo a todo chancho y un sonido taquilla de batería electrónica. Lo que de verdad te hace mover el cuerpo con ganas es una canción hecha con el corazón hecho pico, que se note que duele, que puedas cantar desgarradamente “ESTAS LLORANDO Y NO HACES NADAAAAA” y mover el cuerpo hasta desarmarse. Canciones para bailar sobran, canciones para vacilar para que decirlo, pero pocas que te hagan querer mover el esqueleto y cantar al mismo tiempo de forma tan desgarrada”.
4. Pa dedicarle a la pierna:
Javiera Mena – Cámara Lenta
“Ufff a mi mujer desde que la conocí le he dicho quince mil veces que jamás le voy a dedicar una canción ajena, porque una gran parte de la música que escribo la hago pensando en ella. Sin embargo, ésta es una bonita instancia para hacer la excepción. Me gusta mucho por su suave textura, me encanta que todo lo que suena está tocado muy delicadamente. Es una canción para estar en la cama, para mirarse a los ojos, para quedarse callado, escuchar, mirar y reír tranquilamente. Es el tema que siempre pongo cuando estoy en paz (casi nunca), el que realmente me gusta mucho de ese disco, el que disfruto. Transmite amor, deseo de tocar y abrazar al ser querido. Siento como si todo te dijera algo, no sólo las palabras, los tecladitos suenan como chiquititos, suavecitos. Eso me encanta y me mata. Cuando llega la parte del solo amo aún más la textura del tema, suena limpiecito, como una guitarra de jazz pero tocada de una manera mucho más humana. Sin duda, es una de las pocas canciones ajenas que podría dedicarle a la persona que amo. Simplemente porque transmite amor y transforma cualquier silencio en palabras”.
5. Una canción que te traiga algún recuerdo especial:
Manifiesto – Víctor Jara
“Para mí es un recuerdo muy especial cuando después de escuchar esta canción en un concierto, interpretada por Pedro Aznar y Congreso, conversábamos con mi mamá (una mujer muy sabia) sobre el potente mensaje de esta canción. Yo era muy muy joven y aun no entendía la profundidad del mensaje o de los mensajes en las canciones en general. Y luego de entenderlo cambió todo en mí, veía que la gente se esforzaba demasiado por ser buenos, ser el mejor cantante o ser el mejor guitarrista, técnicamente hablando ser los más secos. En ese momento me di cuenta que valía callampa querer ser el más seco en algo, lo que era de verdad importante era “que la guitarra tenga sentido y razón”. Al comenzar a analizar la música desde ese sentido mi mente se abrió profundamente y mi objetivo desde entonces ha sido entregar lo que salga de mi alma de la mano con lo que mi mente tiene para dar y ser un aporte de alguna manera a un mundo mejor. Puede sonar muy utópico pero para mí fue lo más lindo del mundo descubrir que no se necesita tocar la guitarra virtuosamente, conocer todos los acordes y cantar extremadamente afinado para ser capaz de entregar un mensaje o simplemente tocar el corazón de una persona con lo más lindo que tienes para entregar: la música”.