El “Dorama” de Fonosida fue mi disco favorito del año pasado, y creo que también el que más escuché. Me acompañó en esos 40 minutos que demoraba caminando de la casa a la pega por las mañanas, y de la pega a la casa por las tardes. A veces tenía que tomar la micro cuando estaba atrasado, pero siempre prefería caminar con esta banda sonora en los audífonos.
Para mí éste siempre fue un disco de estar en movimiento, y contrasta escucharlo ahora en la inmovilidad de la cuarentena. Contrasta también con esa primera vez que vi a la banda en vivo, en una tocata pequeña pero acogedora en MO La Casa a mediados del año pasado; y contrasta también con ese recuerdo de tocata cancelada en Bar Loreto porque justo ese día se empezó a acabar Chile, comenzando desde entonces un cinetismo que se vió truncado por la pandemia.
Y alguna vez pensé que este disco es perfecto para la generación que nos extendieron la adolescencia hasta los 25 años. Cuando se suponía que la etapa se superaba con la mayoría de edad, de pronto todavía no somos personas tan acabadas como creíamos. Y todos esos fantasmas de los quince ahora son también de los veintitanto, solo que con otro nombre u otro síntoma. Falta todavía aprender de eso.
1.- Vértigo
“En diez años borraremos estas noches desatadas”
De mis aperturas de disco favoritas de la vida. La letra está tan llena de textura que casi se llegan a sentir esas manos sobre mis piernas. Al final me quedo con esta frase que creo resume mucho de lo que se viene después: acaso el olvido es constitutivo del crecer y madurar? Y cuánto daño queda en eso? O en verdad el daño está en autoconvencernos de que olvidamos, cuando en realidad solo lo acumulamos en alguna parte? Por eso exageramos y hacemos tanto drama.
2.- Fin de Semana
“Podría pensar con tranquilidad / Si me voy o me quedo”
Fue el primer single de la banda, y el que marcó un amor a primera escucha con Fonosida. Ante el letargo de la vida, el mejor panorama eso de quedarse encerrado en la pieza armando la fiesta. Todo con la falsa esperanza de encontrar el momento adecuado para pensar bien las cosas, y terminar escogiendo siempre bailar un rato más. Al menos por ahora.
3.- Clonazepam
“Hoy te quiero ver dormir”
El Gianluca plantea el debate cantando que las penas se pasan con Clonazepan. Al final quien miente? El adormecimiento del clona puede ser buena opción para solventar la cotidianidad, pero acá se acusan sensaciones que ni el mismo sueño permiten superar. Aún así, parece ser la mejor opción posible.
4.- Laberinto
“Quiero que se vayan esos días que trabajo pa comer”
Los primeros 10 segundos son idénticos al comienzo de Janie Jones de los Clash, y ese mismo frenesí se desparrama a lo largo de toda la canción. Es bacán ese juego del laberinto al mismo tiempo que se divaga en nociones viejas y nuevas. Todo a un momento que mezcla nostalgia y rabia, siempre con la promesa eterna de que los peores días van a pasar, y que hay una buena excusa para aguantarlos (o para planear la venganza).
5.- Jeanette (ft. Mani Mitimitis)
“Y buscarás cómo enfrentar que estás parada en frente de él”
Esta canción tenía un ritmo algo más acelerado en el versión original, incluida en el demo publicado por Fonosida hace un par de años por Soundcloud. Ya para finales de 2018, en su participación en las Banana Sesiones, contamos con una versión más producida y en formato banda, que ya había adoptado un temple más instropectivo y calmo. Pero la versión que quedó en el disco llega hasta al cielo al contar con la participación de Mani de Mitimitis, haciendo contrastar el aura intimista con el diálogo de ambas voces.
6.- Papel Maché
“La reina espera una gran sorpresa, nunca aprenderá de sus decepciones”
Los Fonosida explican en una entrevista que esta canción habla de las complicaciones de hacer cosas “por amor”. Yo en cambio siempre la he pensado como un relato que trata una especie de conflicto medio edípico, la eterna idea del hijo que no es suficientemente bueno. Como esa idea de que uno se tiene que hacer cargo de ilusiones ajenas, y al mismo tiempo marcas una distancia imaginaria (imaginaria porque al final uno nunca se termina por desapegar). Al final entre tanta rama, esta terminó siendo mi favorita del disco.
7.- Navajas
“Y aunque me digan que somos felices”
La raja estas canciones que guardan más rencor y rabia que pena. Una especia de autoconvencimiento tan filoso que se arma para atacar a todo y todxs.
8.- Tiremos
“Salgamos a matar al primero que se cruce en el camino”
Esta la conocí primero gracias a un registro en vivo de las siempre bacanes Tímida Productora. Me cautivó al tiro por esa idea nunca añeja del asesinato y la muerte como panorama amoroso. Acaso nunca han querido tanto a alguien que quieren pitearse a cualquiera? Idea tan cautivante como el aprender a hacer bombas nucleares.
9.- Dorama
“Tomemos el tiempo con calma sin prometer”
Se supone que esta es una historia de amor imaginaria que nunca ocurre, pero cuánto se puede aprender de ella. Resulta que esa idea de “ir muy rápido” no es otra cosa que pasarse rollos de más, vale decir, contarse puras promesas solo. Y es que desde que somos chicos, el tema de la promesa termina siendo una cuestión constitutivamente humana, y en tanto humana, plagada entonces de errores. Cuál es la propuesta entonces?
(Foto por Nadia Belén García).