Trigal es el nombre de esta casa discográfica con base en San Antonio, la cual se origina gracias a la observación y experiencia personal de sus fundadores en el mundo de la música.
Tania y Francisco componen el equipo del sello, quienes luego de identificar algunas necesidades básicas de lo que significa tener una banda independiente decidieron llevar a cabo este proyecto. “La mayoría de nuestros talentos artísticos musicales se van de San Antonio a buscar apoyo en otros lados, lo que genera la necesidad de crear un espacio profesional con trabajadores de la música y las artes locales, para que las bandas emergentes puedan desarrollar desde acá un proyecto que tenga posibilidades de visibilización y proyección nacional e internacional”, explican.
Para lograr esto trabajan en el desarrollo integral de las obras artísticas creadas por los músicos del sello, identificando la singularidad de cada banda, consolidando, reestructurando y/o colaborando en sus propuestas, para ofrecer al mercado musical conceptos consistentes y auténticos.
Además, se encargarán de la distribución física y digital de los discos, la promoción de los mismos y al agendamiento y producción de fechas en vivo. Actualmente el sello cuenta con dos bandas en su catálogo: Bluff y Las Islas Nuevas.
Bluff se inició como un proyecto solista del sanantonino Rodrigo Albornoz (La Bandita Trébol, Fanker Collins), que con el tiempo cambió al formato banda. El 2014 edita su primer álbum, “Flores sobre el mar”, y en ese mismo año se suman músicos para dar vida al disco en vivo, quedando la formación actual como sigue: Rodrigo Albornoz (voz, guitarra, teclados), Pablo Urtubia (voz, guitarras), Daniel Zamudio (bajo) y Sebastián Pontigo (batería). El segundo disco de la banda titulado “Safari Temporal” está anunciado para los primeros días de agosto de este año.
La historia de Las Islas Nuevas es la de sus canciones y su sonido, de ese ruido de fondo que los llevó a hacer música. Las sonoridades de la infancia y del territorio de los antepasados confluyen en canciones de letras profundas y sonidos orgánicos que nombran y cifran los lugares donde se tensaron sus primeras cuerdas. El resto son nombres, manos, voces. Músicos silenciosos que ejecutan el ruido y desaparecen, como un temblor, como la lluvia. En la actualidad trabajan en su primer disco, en una casa que lentamente se cubre de polvo y vibra con cada bombo, con cada golpe de guitarra.
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