CONCURSO CERRADO: Técnicas Manuales y Solución Violeta ayudan a Perras on the Beach a derretir Valpo / 02 de marzo

perras on the yeah

(Portada por Camincolors).

Esto es lo que pasa: durante los primeros días de marzo, estará la banda revelasound de Argentina en Chile. Hablamos de Perras on the Beach, la banda mendocina liderada por Simón Saieg y Bruno Beguerie que sorprendió con su debut Chupalapija y su desarrollo como banda.

Han pasado por varias ciudades del país vecino y han sido parte de festivales tan reconocidos como Cosquín Rock o el BUE (donde compartieron cartel con agrupaciones como Gorillaz y Major Lazer). Este tour, que los lleva por Santiago, Valparaíso y la zona sur de nuestro país, es el primero que hacen fuera del suyo.

El primer sábado del tercer mes de 2018 tocarán en el connotado Ele Bar, pero no solos. La fecha, organizada por La Bengala, tendrá junto a los trasandinos a los locales Técnicas Manuales (que vienen lanzando hit-tras-hit) y Solución Violeta (la flamante nueva incorporación al festival Rock en Conce).

perras on the puerta

Nosotros tenemos unas entraditas dobles para este evento en General Cruz 335 este 2 de marzo, para ganar sólo deben seguir las instrucciones que vienen a continuación:

CONCURSO: Gana entradas para esta tocata comentando, en la casilla de abajo, su mejor/peor experiencia en un avión o bus. Además, necesitaremos sus nombres, apellidos y mail de contacto. Besitos y suerte.

GANARON:
– Ariadna Vega

– Icaro Nuñez

¡Felicidades! Serán contactades por correo.

 

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11 respuestas

  1. La mejor experiencia que he tenido en bus es que, en un viaje de iqq a Stgo (26 horas), estaba tan cansado que las dormí completas, el auxiliar me preguntó si me sentía bien porque solo me despertaba para darme el snack o el almuerzo, así que se preocupó su rato xd, pero sentí que estuve conciente como 2 horas en total del viaje, así que fue como un viaje de valpo a Stgo, re piola.
    La peor fue por descriterio del auxiliar del bus, ya que al desalmado no se le ocurrió nada mejor que poner Hachiko (sí, esa peli más triste que la chucha, que puede hacer llorar a cualquier persona) a las 8 de la tarde, donde la mayoría va despierto. Cuento corto: al final de la película el bus se podía resumir en 40 almas llorando, algunos haciéndola piola y otros, la mayoría, con un llanto de aquellos jajaj. Saludos!

  2. A los 9 iba en camino a Viña con una amiga de mi mamá que nos había ido a ver a la casa, fue todo muy improvisado, compramos tarde los pasajes y nos tocaron asientos separados.
    Ese día habia chancheao demasiado, en la mañana comí sopaipillas, tomé leche con plátano y litros de bebida, en el almuerzo porotos y sandía, en la tarde una vecina nos regaló humitas, más todos los dulces que me compraron en el terminal.
    A los 30 minutos de viaje las náuseas se apoderaron de mi existencia y vomité el suelo y los zapatos del señor que iba al lado mío. era tanto, no sé cómo en una guata tan beibi cupiera tanta putrefacción
    una señora le prestó diario a mi tía para limpiar, pero el olor nos acompañó el resto del viaje x.t

  3. Esto pasó el verano pasado volviendo de Chiloé en bus con mi mejor amigo. Un viaje eterno en bus hasta Santiago.
    El día anterior ya nos habíamos gastado toda la plata así que sólo teníamos un maní y unas galletas para el viaje, los cuales después de dos horas ya no existían. En la mañana el auxiliar del bus nos trae café y minitorta de chocolate, dos cosas que nunca como pero que el hambre me hizo aceptar. Mala idea.
    En resumen: las 2 últimas horas de viaje fueron una pesadilla de estómago y al llegar a Santiago se me fueron, tortuosamente, otros 30 minutos buscando un baño gratis para liberar ese malestar.
    Perdonen lo coprolálico de la historia pero ha sido lo peor que me ha pasado en un bus.
    ¡Quiero esa entrada por fa! Necesito volver a ver a los bbcitos de la Técnicas y vacilar con todo a las perritas <3

  4. Bus antofa-serena 15 horas con siestas tipo coma por 2 horas y luego despertar en cada ciudad que subían pasajeros

  5. Este año tuve mi viaje de estudio con mi colegio hacía bariloche, un viaje de casi un día en un bus no suena muy entretenido. Por lo que se me ocurrió la idea de llevar leche de cannabis para tomar durante el viaje con amigos y así poder disfrutar más.
    Casi todos tomaron una dosis pequeña de la leche, pero yo sentí que era poco por lo que me tomé 2 y fue pésima idea.
    Cuando bajamos a almorzar me comencé a sentir muy mal, con mucho paranoia y angustia. No podía estar dentre del bus sentado, me sentía atrapado y que en cualquier momento me iba a morir, obviamente era una pálida. Intenté vómitar para ver si se me pasaba pero no pude, solo me quedó sentarme a esperar el fin.
    Pese a todo, la pasé bien, pero nunca tomén demasiada leche mágica, menos en un bus 😉

  6. mi peor experiencia viajando en un bus, fue de traiguen a viña del mar. Para partir me fui en un turbus, asíque ahí ya habían posibilidades de que saliera todo mal, llamé para despedirme en caso de y todo xd pero lo peor, fue que me agarró una infección urinaria estando allá y tener que viajar con eso toda una noche, donde cada 30 min tenía que levantarme a hacer pipí, que en verdad era nada de pipí y mamarme el dolor en un baño con movimiento, se me hizo eterno 💔😭 lo peor fue que cuando llegabamos a santiago como a las 6am se puso a llorar una guaguita hasta viña 🙁
    Ojalá ganarme las entradas para ir con mi hermanito que le gustan las perritas y a ver tocar a mi hermanito mayor también jjaja aguante Solución violeta 💜

  7. Uno de los ultimos a la montaña con mi chico acompañados de la Señora pig.Horas infinitas riendo a carcajadas de cosas sin sentido,mucha fantasia loca.El 3 de marzo es mi cumple y vamos a pasarlo a Valpo, me encantaría recibirlo escuchando a perras!

  8. es más bien de mochileo, cuando en una super hiper mega aventura me fui a puerto varas a celebrar los 20 años de una banda nacional llamada Yajaira. Tres días me tomo llegar a puerto varas. dormí en una copec de chillan y después mis compañeros y yo nos fuimos a machetear al centro para hacer un par de monedas cantando y tocando, asi logramos avanzar más. luego llegamos a Osorno donde al fin pudimos comernos unos suculentos sandwiches y comprar unas cervezas para celebrar lo poco que nos faltaba para llegar a puerto montt y finalmente a puerto varas. Hicimos dedo una vez más y nos fuimos con el camionero más buena onda de la vida que nos dejo en rio bueno donde volvimos a acampar y nos pillo una lluvia tenue pero, hacia frio.
    Ya nos quedaba tan poco así que nos tomamos un bus a puerto montt para llegar a puerto varas y llegamos a esta cool estación de trenes abandonada donde seria la tocata. No nos querian dejar entrar porque no teníamos toda la plata para la entrada. menos mal que los de la banda nos conocían y nos dejaron entrar. Una innolvidable historia que siempre estara en el corazón por lo aperra que fui durante todo ese viaje. =) Lo malo es que tenía que devolverme a santiago y no tenía ni cinco pesos, asi que recurri al presta “luca” a un amigo y de puerto montt a santiago habre vomitado la mitad del camino de tantas vueltas y vaiven que dio el bus…

  9. Viaje hace unos años desde Iquique a Santiago en avión. Cuando esperaba el vuelo decidí fumar el cogollo que tenía escondido en mi ropa por miedo a que me lo requisara la aduana.
    El viaje duró 2 hrs más o menos pero mi sensación fue de 20 minutos debido a que fui todo el viaje mirando las montañas y las proporciones inmensas que la perspectiva aérea te regala, lo pequeño que se veían las ciudades ante las inmensas acumulaciones geográficas de tierra y mar. Entre todo lo hermoso que vi fue darme cuenta de la antigüedad por los vestigios del agua en los colores y formas de la tierra además de los colores proyectados por la luz del atardecer, fue algo símplemente maravilloso e inolvidable.
    Saludos!

  10. Eramos yo, mi mejor amigo, y una botella de vodka marca vodka. Ah, y un cerebro lleno de malas ideas.
    Tenía algo así como 15 años, esa edad en que la caña es solo un fantasma del que la gente habla pero tu nunca has presenciado. Para ti, la caña no existe, es un mito de los inventores del viejo pascuero, el viejo del saco, que Piñera fue buen presidente, etcetcetc.
    La cuestión es que fuimos a una fiesta, y estaba esta chica mayor que me gustaba. Para llegar a parte del viaje, perdí la conciencia, nos dimos un beso con esta chica, y la imagen siguiente es el viejo de mi amigo manejando bastante enojado mientras mi cabeza rebotaba apoyada en la ventana y yo trataba de articular algo parecido a palabras.

    Temprano me desperté, hice mi bolso para Juan Fernandez (me iba con mi familia) y me subí al auto. Cuando me desperté llegando, ahí estaba: dolor de cabeza, nauseas y ganas de morir. Paramos el auto y vomité, al mismo tiempo que me di cuenta de que había dejado mi bolso en la casa.

    No sé si han viajado a Juan Fernandez, pero las avionetas son (o eran) despresurizadas. Esto significa que cuando vas a 1000 metros de altura, la presión en tu cuerpo se siente como 1000 metros de altura. Mi cabeza explotaba un poco en cada turbulencia y yo solo me quería morir. Fue el viaje más largo de mi vida, no había baño en la avioneta, así que estuve todo el viaje con la cabeza en una bolsa, y mi mamá, que no sabía que tomaba (en esa época, ni yo sabía) diciendo que había comido algo malo en la casa de mi amigo.

    Si gano estas entradas, voy con él.

  11. Enero del 2016, y tu y yo nos embarcábamos en aquél viaje soñado que nos llevaría a conocer Perú y Bolivia, como tanto lo habíamos comentando. No me importaba tener que pasar más de 30 horas a tu lado, en un bus repleto de olores y gente, solo por ver tus ojos brillar de emoción. La primera parada era Arica, íbamos desde Valpo. En ese entonces el mundo me parecía un casa en la pradera; lleno de tonos verdes, rios transparentes y vitalidad.

    Fue, precisamente, ese viaje, esas horas, los olores, los pasajeros y el bus: lo peor y mejor que me ha pasado en la vida. Las veces que este se quedó en pane fueron pocas pero vaya que nos dio susto. En especial, cuando despertamos en medio del Desierto de Atacama, a las 6 am, porqué el motor del transporte se había sobre calentado. Las opciones fueron: cambiarnos máquina, en medio de la nada, o esperar un milagro para que volviera a funcionar.

    Entre la espera y el retornar de un motor, que se rehusaba a partir, tu y yo nos escapamos por los interminables cerros de arena. Vimos como iba y volvía, la camanchaca. Nos fumamos unos cigarros comentando la inmensidad del desierto y los secretos que esconde. Pensé en tu frialdad y en esa niebla, pensé en el solitario desierto y en mi. No te lo dije, pero éramos tu y yo. Tu frialdad abrazando a mi soledad: un desierto dejándose querer en una oscuridad que solo la luna y sus estrellas puede apreciar.

    El bus partió y nos tuvimos que ir. El pobre almuerzo que nos dio la línea de transporte me pareció una maravilla. Los panes de jamón y queso que nos dio tu abuela, fueron gourmet. Recorrimos Perú y pasamos por Bolivia. Me gusta pensar que en un universo paralelo, tu y yo, aún estamos en ese desierto, esperando el revivir de ese bus. Lo cierto es que quizás no tengamos Casablanca, pero siempre recordaremos Macchu Picchu y las infinitas horas por llegar hasta él.

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