¿Cuál es tu procedencia?
No tengo muy claro las raices de mi ascendencia. Vengo de Puerto Montt, mis papás se conocieron en una población que se llama Pichi Pelluco, significa algo así como “la alta colina” y toda mi familia gira entorno a ese mismo territorio, el mismo cerro que mira al mar. Mi abuelo venía de Conce y su mamá de Copiapo y mi otro abuelo se sabe que nació en Osorno pero no se sabe muy bien de su procedencia . Mi abuela falleció muy joven, como a los 28 años y mi mamá tenía como 6 años en ese entonces y eso hizo que se cortara un poco la historia. Y ahora quiero averiguar, porque están emergiendo muchas preguntas.

¿Qué opinas de la apropiación cultural?
Significa tomar algo que no es tuyo, usarlo a tu conveniencia, dejando a un lado el real significado de ese elemento. lo molesto de la apropiación cultural es la ridiculización de algo que es propio de una cultura convirtiéndolo en un acto de denigra. Tenemos que priorizar que somos humanos libres, que podemos optar y elegir lo que queramos y si vamos a ocupar algo de otra cultura, nunca ridiculizarlo y hacerlo con mucho respeto, entendiendo lo que significa, siempre con la disposición de aprender.
¿La música la compones tú?
Sí, yo hago las letras y armonías. Respecto a las frases del brass y ritmos yo tenía varias ideas y en conjunto con Alfredo Tauber, quien es mi productor musical y arreglista, él tomó estas frases e ideas y las desarrolló de una manera macro.
¿Estudiaste música?
Estudié música desde muy niña, violín desde los 13 hasta los 18 años en la escuela de cultura de Puerto Montt. Canté desde muy pequeña, en la iglesia y en la escuela, luego ya más grande en bares. Estudié Pedagogía en Música en Puerto Montt un año en la Universidad de Los Lagos y después, me traslade a Santiago y seguí estudiando en el Peda. Siempre tomé clases particulares de canto, con Pedro Foncea, Omar Lavadie y Dani Conejero. En la universidad, tomé clases con Bernardo Rosselot, que falleció el año pasado y me enseñó muchas cosas de twang y belting. Y luego, cuando me fui a Colombia aprendí con una profesora que se llama Victoria Sur, quien es una cantautora que me impulsó y enseñó a empoderarme de mis canciones.
Recientemente lanzaste el disco AIRE, ¿qué se viene ahora?
Ahora se vienen cosas interesantes, ahora estamos realizando una gira al sur por diferentes ciudades, tanto en formato acústico como en formato banda. Este año quiero realizar material audiovisual y ya me encuentro trabajando en algunas ideas. Prontamente, entramos al estudio para grabar mi segundo disco llamado “1000km”, que es un disco hermano del Aire, viene con muchas sorpresas y colaboraciones.

¿Por qué tus canciones hablan tanto de la naturaleza?
Tengo esa conexión, porque me crie en un cerro muy verde y frondoso, además cerca del mar. Entonces yo me despierto en la mañana, voy a mi ventana y veo el mar, las islas, todo eso contrastado con el gris de Puerto Montt. Era parte de mi cotidiano y hoy estando fuera, cantarle a esa nostalgia natural, me da energía, convicción y además, es parte de uno, como si tuviésemos ramas en los brazos.
¿Extrañas eso?
Sí, Puerto Montt es y siempre será mi casa, salir a mi cuadra y ver rostros conocidos por tantos años, caminar un poco más allá y encontrarme con la bahía, siempre me da una nostalgia volver a Santiago, sin embargo la ciudad capital me da la libertad de poder mover mi proyecto, y mi equipo se encuentra aquí.
¿Qué piensas sobre lo que ocurre con la música en regiones?
Creo que ocurre algo hermoso. Porque en regiones hay menos espacios, menos escena, es más complejo de alguna manera mover eventos al aire libre, por el clima, pero pese a todo, hay resiliencia y la gente está haciendo cosas bacanes, alianzas, discos, eventos, festivales. Hay un movimiento allá. Hace unos años organizaba unos ciclos de cantautoras allá. Están pasando hartas cosas en regiones, lo único malo, es que como Chile es tan centralizado, no se visualiza tanto.
Hay una banda de mujeres en Puerto Montt, que es la forjadora Emilia Díaz, Aquarela Ensamble, hacen una especie de fusión latinoamericana, un poco de cueca y cumbia. Lo que más se da allá es el rock y la cumbia. Cuando yo estaba allá tocaba jazz, pero siempre estuve metida en una escena que duró poco, el funk. Tocaba en una banda que se llamaba La Pobla Groove, estuve 4 años, éramos 10 personas, yo siendo la unica mujer. Nos uníamos con otras bandas de ese circuito, pero duró poco porque todos migramos a diferentes lugares de Chile. Gracias a esta banda pude recorrer varios lugares del sur, entre ellos, Calbuco, Valdivia, Osorno, Chiloé, Puerto Varas.
¿Cómo lograste conformar tu banda? En qué te fijaste para proponerles a los integrantes que quisieran ser parte de tu proyecto.
Cuando llegué a vivir a Santiago, estaba en un circuito medio jazzero, fui cantante de la Big Band de la Universidad de Chile por harto tiempo y allí conocí mucha gente, así que, acudí a mis amigos, contándoles sobre mi proyecto y que quería grabar mi disco de una onda medio funky-soul. Al primero que le dije fue al Benja, que era mi amigo de Puerto Montt y estudiamos juntos (hoy ya no está en la banda). Luego, le dije al Pipe, que es el guitarrista, luego al Simón y así. Yo sabía que ellos generaban un lenguaje desarrollado del black music y el jazz. Ellos fueron los primeros que junté.
Fue complejo darle forma al disco, musicalmente hablando, me faltaban recursos de cómo dirigir una banda, porque siempre fui la cantante y no tenía noción de ciertas cosas, así que ahí llegó Alfredo Tauber. Le pregunté si quería producir mi disco, nos conocimos trabajando y ahora somos muy amigos. En primera instancia grabó Brass al límite, que es el brass de Ana Tijoux, compuesto por Alfredo Tauber, Mauricio Castillo y Andrés Pérez, bajo la lógica de una beca que otorgan ellos. El disco fue gestionado y financiado por mí durante el 2018. Y cuando empezamos a montar el show en vivo, en marzo del 2019, convoqué a Juan Pablo Salvo y Simón Varela.
Siempre intento generar un ambiente de comunidad, yo me hago cargo de todo, organizo, gestiono y además, los chicos tienen muy buena disposición y me ayudan en todo.

¿Qué artistas chilenos recomendarías?
Me encanta Mora Lucay, de Valparaíso. Citrola Descapotable, una banda de ska vieja escuela. Aquarela Ensamble y Vane Arrebol de Puerto Montt. Paz Quintana, Carmen Lienqueo, Yorka, SUBE, Mercurio Paradise, Afronautas, Bizarra, Afronautas, Niña Tormenta, De Kiruza, Javier Barría, en verdad me gustan muchas bandas.
Esta entrevista fue realizada cuatro días antes del estallido en Chile, por lo que, por razones obvias no fue lanzada en ese momento. Así que, le pedí a Ivania que luego de que han pasado casi 5 meses desde que la entrevisté, creo que es importante que nos deje un mensaje con lo que para ella ha sido y significado este tiempo.
La revuelta de octubre ha despertado en mi un revoltijo de sentimientos, por un lado me alegra ver que un sentir colectivo en búsqueda de un mejor vivir se ha vuelto un movimiento lleno de esperanza, fuerza y resiliencia uniendo a chicos y grandes, despojándonos de las diferencias y uniéndonos en la calle, sin embargo la represión ha sido cruda y fuerte, es doloroso saber que personas que ejercían el derecho de manifestarse han sido abusadas y mutiladas por el estado.
La música para mí siempre ha sido resistencia, hacer música en un país como este, donde el arte se criminaliza en las calles, y la precarización del arte es parte del cotidiano y no le asombra a nadie, hace que ya hace muchos años vea la música como mi trinchera de lucha, es aquí donde puedo expresarme, puedo ser libre, puedo pensar y reflexionar con la gente, a su vez, sabiendo como educadora, que el poder de transformación del arte es trascendental para crear una sociedad sana emocionalmente.
Creo que el camino hacia una nueva constitución y hacia una sociedad más justa es posible, creo que a la clase política le asusta vernos unidos y van a hacer todo lo posible para desarticular este movimiento, sin embargo, ya no hay vuelta atrás, estamos más fuertes que antes, estamos unidos, estamos seguros que este cambio es necesario, y nunca podrán callar todas nuestras voces. Estos meses me he sentido contenta de encontrarme con las trabajadoras de la música, con quienes me organizo y hemos estado tocando y participando en distintos territorios. También, estoy agradecida de tener un equipo y una banda que me ha acompañado por diferentes lugares de Santiago, uniéndonos en movimiento por un mejor vivir.
Les dejamos con Eco, un adelanto de su próximo disco.
Karen Santander: Dirección, edición y montaje.
Joaquín Alvear: Grabación, mezcla y master.
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Entrevista: Karen Santander / Fotografías: @posteridad