Llegamos pasado las 11 a Bar Loreto en compañía de Tillo, Murielyn y Felipes. Felipes y yo veríamos a esta banda por primera vez, y yo tenía bastante expectación. Había escuchado por primera vez el primer y único álbum de la banda: “No sí son” el lunes y anhelaba la llegada de este día. Nos encontramos con la gente afuera, (menos mal no había empezado). Entre la gente que estaba divisé algunos rostros que ya comienzan a hacérseme familiares, entre ellos los músicos de la banda y algunos de sus amigos -mención especial a los amigos de El Mal Gusto, banda que nos invitó al lanzamiento de su EP (http://uvarobot.cl/album/ep-1). Mientras Murielyn hacía mofa de nuestros looks, se acercó Feña a conversarnos, quien está a cargo de lo que yo denomino “las maquinitas” en Tus Amigos Nuevos. Nos relató sabrosas anécdotas del viaje de la banda al Festival SXSW, en Austin, EEUU, como que toda la gente allá era rara y se vestía raro. Yo, que andaba con el disfraz de oficina (en parte por eso el webeo de Murielyn) le eché la talla pensando que con esa pinta sería el más bicho raro de todos. También nos relató su experiencia teloneando a Mac DeMarco (pueden leer la entrevista realizada por DdAF a la banda en el siguiente link http://diariodeanafunk.cl/post/80134041291/entrevista-tus-amigos-nuevos-hablan-sobre-sxsw-mac donde se podrán enterar de lo que Feño nos contaba).
Se acercaba el momento. La gente comenzó a entrar, así que nosotros también (agradecimientos a Sudamerican Records por la invitación). Cerveza en mano, una breve prueba de sonido nos avisaba que esto estaba a punto de comenzar; empiezan a sonar las maquinitas en lo que aún parecía la prueba de sonido, se abre el telón, la banda se apresura a salir y nosotros nos apresuramos a ir adelante: comienza a sonar Gato Negro (inocentemente me pregunto si irán a tocar el disco en orden).
De aquí en adelante no hubo puntos bajos (excepto cuando se nos acabó la cerveza, durante “Stress Hippie o Chino Andino”, y tuvimos que ir a comprar más. Aun así, en la barra seguíamos bailando). Repito algunas palabras que publiqué en mi Facebook, en lo que una amiga denominó mi declaración de amor hacia Tus Amigos Nuevos:
“Simplemente me parecieron increíbles. La batería es un tren de destrucción masiva, las líneas de bajo rebosan energía, entre bajo y batería crean una base perfecta para que las guitarras hagan lo suyo. De las guitarras les puedo decir que los riff son bastante potentes también, la energía que transmiten en vivo es muy buena. Las canciones están llenas de detalles, tienen algunos quiebres que son muuuy muy buenos, escuchar el disco una y otra vez es un continuo descubrir de nuevos elementos, muchas de las referencias que hacen en sus letras son bien ingeniosas, letras que aún no termino de entender pero eso me pasa siempre xD. Otro aspecto a destacar es el uso de las maquinitas (de las cuales yo no soy muy amigo), pero Tus Amigos Nuevos me demostró que usadas con buen gusto son un apoyo enorme y son una parte muy importante de esos sutiles cambios que tienen las versiones en vivo con respecto a las versiones de estudio que se agradecen tanto cuando uno ve a una banda en vivo”.
Le pusieron entusiasmo los cabros y se notó. Momento a destacar, cuando Felipes se volvió loco al escuchar Baby Boomers y reconocer las costas maulinas de Pelluhue y Curanipe, costas en las cuales yo también he tenido el placer de carretear(“no somos de Santiago, tenemos otros gustos”). El éxtasis fue completo cuando Lorenzini apuntó a Felipes con la mano, en un momento de “complicidad talquina”, como él lo llamó sin ningún asomo de vergüenza.
Nos regalaron al menos un tema nuevo, que recuerdo que en su letra hablaba del Petróleo, (quizás hubo un segundo tema que no había escuchado antes, pero no me atrevería a asegurarlo). Además nos contaron sobre el trabajo que están llevando a cabo ahora para sacar un segundo disco, el cuál esperamos con ansias, luego del gran trabajo que hicieron con su disco debut “No sí son”.
El marco de público fue bastante bueno, y también su respuesta ante la banda. Si yo hubiera estado sobre el estrado, me hubiera ido con una sonrisa de oreja a oreja (como parte del público, me fui con una sonrisa de oreja a oreja de todos modos).
Se notaba que Lorenzini (“el futbolista”, como le llamo yo, debido a la primera vez que escuché su apellido me pareció como nombre de jugador de fútbol, y como no soy muy bueno para los nombres, lo bauticé con este apodo) estaba contento, o al menos esa impresión nos dejó a Felipes y a mí, que veíamos a la banda por primera vez. Quizá él es un tipo feliz y está siempre contento, genial si es así, porque esa alegría también es parte de lo que irradia la banda.
(Texto: Nico / Fotos: Murielyn – Tillo)