Querido Diario: Planeta No, sólo nacimos en 1990

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(Texto y fotos por Domipau).

A Planeta No los conocí hace un año en la mítica Casa Ballantines, fue amor a primera escucha. No me sabía ninguna canción, pero al rato ya estaba bailando y chamullando lo que iba entendiendo de “Señorita” y “Sol a Sol”. Recuerdo que a la mañana siguiente los busqué en Spotify y me fui camino a la pega escuchándolos. Un año después, en otro ciclo de Ballantines, estoy en el Clan nuevamente bailando sus canciones pero ahora cantando todas, sin chamullar.

Aparece Gonzalo arreglando los últimos detalles, con su ya característica florcita en el pelo, su arito de pluma y un sostén que, si no me equivoco, es el mismo que ocupó en El Rito; esa preciosa noche de 10 horas de música y amors auspiciada por Redbull. Comienzan el show con “Ami El Niño de Las Estrellas”, seguida de “Ser y Deshacer”, y todos cantando despacito, como que no quiere la cosa, para luego empezar a soltarnos y darlo todo cantando y saltando al ritmo de “Maricón Zara”.

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Me pasa con estas canciones que, sin haber nombrado aún la frase “años 90”, ya siento completamente retratada a mi generación: el título de un libro que a todos nos hicieron leer en el colegio, una balada que mezcla lo emo con un pop dulce e inocente, y un homenaje a Zamudio, que si bien es del ’87 y no del ’90, para el caso aplica igual y es que su tragedia remeció a toda nuestra generación. Para luego pasar a los reales homenajes a los nacidos en los 90, con “Años ’90”, “Odio” y “Casa Okupa”, describiendo a mi generación con canciones pegotes, que aluden a nuestra infancia, pubertad, y nuestra adolescencia, porque eso de la adultez como que todavía no llega, o no queremos que llegue.

Suena mi canción favorita y me vuelvo loca bailando y cantando. Es que “Ya No Veo mis Zapatos” es mi preferida porque si juego a cambiarle un poco la letra juro que está pintada pa’ mí: la novia que se desnuda en sesiones para SG. Miraba a mi amigo mientras cantaba cambiándole la letra y se cagaba de la risa. Ojalá a mi ex-pololo le hubiese parecido tan gracioso o tan bacán eso de desnudarme para películas de clase B (o sesiones para SG), como para escribirme una canción o al menos reírse con el hecho de que le cambio la letra para que suene hecha pa’ mí.

El show termina con las bailables “Sol a Sol” y “Señorita”, una real fiesta en el escenario y en el público, donde todos pedíamos a coro otra canción cuando se despedían. Y aunque no venían preparados para un bis, fue tal nuestra insistencia que los cabros de Planeta No volvieron al escenario para cerrar con un cover de Romeo Santos y “64”. “Vivir sólo es morir lentamente” gritábamos todos al finalizar “64”, una canción súper emo que, a mi parecer, viene a reinvindicar lo “emo” que de cierta forma negábamos cuando estábamos saliendo del colegio o entrando a la universidad y queríamos parecer cool. Pero al final todos fuimos medios emo, nos sentimos incomprendidos y tuvimos fotolog, es parte del paquete de haber nacido en los ’90 y Planeta No lo sabe mejor que nosotros mismos.

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Al día siguiente del show un chico que conocí por Tinder (sí, tuve Tinder y no, no me da vergüenza admitirlo) me pregunta por Whatsapp si es que estuve anoche en El Clan, que me intentó buscar con la mirada pero no me vio. Claro, yo estaba en primera fila y él cerca de la barra. Me dijo “La próxima vez que vayas a ver a Planeta No búscame, yo estaré ahí”, le dije “dale” pero ahora que lo pienso, debí haberle dicho que él me buscara, que estaría probablemente en las primeras filas. Así que tú, sí tú, la próxima vez que vayas a ver a Planeta No búscame, yo estaré ahí en las primeras filas bailando y cantando, como siempre.

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