Querido Diario: Escuché “El Hombre Puede”

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(Texto por Tillo).

No es mi intención sonar alumbrado pero quería contarles que escuché primero que ustedes “El Hombre Puede”, tercer disco y más reciente trabajo de Ases Falsos. La verdad sí, quería alumbrarme y sacarles pica porque ¿para qué sirven estos pequeños triunfos si no son para darse color? Obvio que para contárselos a los amigos y como yo los considero eso se los comparto.

Todo pasó una noche de miércoles en los cuarteles de Quemasucabeza. Me citaron a las 22:30 y ahí estuve, puntual como nunca. El equipo Ases Falsos se hizo presente casi en su totalidad (faltaba Martín del Real, productor del disco, que no pudo asistir porque ya había agotado su salida semanal, más conocida como “fecha Fifa”, explicó Cristóbal). Junto a ellos estábamos los elegidos para escuchar por primera vez el nuevo disco que estrenarán públicamente este viernes 28 de octubre. Luego de un dictado de los títulos de las canciones, en un pequeño minicomponente, empezó a sonar “El Hombre Puede” y estas fueron mis impresiones:

“Chakras” es la primera canción y funciona como una cortina, una intro donde se presenta la potencia de la banda y un poco de lo que vendrá a lo largo del álbum. Protagonismo de guitarras en riffs que enganchan a la primera, una batería que es un cañón por sí sola. La canción no sobrepasa los 2 minutos. Me hace pensar en cómo parten los discos anteriores. Mientras “Juventud Americana” inicia con la voz de Cristóbal Briceño en “Misterios del Perú”, en “Conducción” el honor lo tiene la guitarra acústica que da paso a un tema con muchas sonoridades y uno se preguntaba “¿cómo sonará esto en vivo?”. Lo mismo me pregunté con “Chakras” y me lo respondí rápidamente: igual al disco. Esa debe ser una de las características más importantes de “El Hombre Puede”. Las canciones suenan casi igual al sonido en directo al que nos tiene acostumbrados Ases Falsos. Digo casi porque hay una que otra sorpresa sonora, pero en general el álbum está diseñado para sonar idéntico en vivo, o al menos esa es la sensación que me dejó.

“Gehena” es lo que sigue. Es la única canción en versión estudio que conocimos con anticipación. Me parece muy correcta la elección de ponerla como track 2. Enérgica como “Chakras”, mantiene el ritmo del disco bien arriba. Ya me las imagino pegadas en vivo. Webeo asegurado. ¡Mención especial a ese cencerro por Dios!

“Sal de ahí” es la número 3. Juguetona, directa, pegajosa a cagar (fue la primera que no dejé de tararear durante estos días). Los teclados de Francisco Rojas empiezan a tomar protagonismo, aunque la melodía de la guitarra es tan florerito de mesa que es imposible quitarle la atención. La batería también tiene unos detalles mortales, específicamente una acentuación en la segunda parte que quedó bacán. Me recuerda un poco al ritmo de “I Fought The Law” en la versión de The Clash.

“Subyugado” es la cuarta escogida. Me doy cuenta que van puros hits, qué onda loco. Esta canción la tenía pegada antes de asistir a la primera escucha del disco y me alegré al descubrir que sonaba igual (y obviamente mejor) a los registros en vivo de la banda. Es mi favorita actualmente. La línea vocal es muy entretenida y no poder llegar al tono alto de “suuuubyugaaado” es frustrante.

“Más se fortalece”, track número 5 y ya vamos en la mitad del álbum. Sí, señora, señor, éste es el disco más corto de Ases Falsos. 37 minutos acusó el visor del minicomponente al final de la primera escucha. “Conducción” dura 1 hora y “Juventud Americana” 58 minutos y medio. Al parecer “menos es más” fue el lema en esta ocasión. Martín del Real hizo de jefe y decidió dejar en 10 canciones el corte final de “El Hombre Puede”, lo cual me parece una excelente decisión. El reducir la duración provocó que el disco resulte mucho más coherente y redondo. Todas las canciones apuntan al mismo sonido, a esa onda “classic rock” como refirió Cristóbal Briceño durante la noche. “Más se fortalece” es un buen ejemplo de eso. Es la canción más larga del disco y seguramente la más importante. Una especie de “Fuerza Especial”, que al igual que ese tema del “Juventud Americana”, absorbe su energía principalmente desde una letra poderosa. Todo termina con un piano en una especie de final falso, de cierre del primer acto.

“Fría”, sexta canción que marca el inicio del lado B (en su futura versión en vinilo) y la elección no es al azar. La primera parte es la que contiene los hits, las canciones más prendidas. La segunda es un poco más calmada, más reflexiva y en su mayoría corresponden a temas que no se escucharon jamás en vivo. Esta configuración me hizo recordar al “Bailar y Llorar” de Teleradio Donoso, disco que funciona de igual manera. ¿Pura casualidad? Habría que preguntarle a Martín.

“Mucho más mío”, track 7. Es muy bueno este tema, la intro me recuerda a “Información Sentimental”. A esta altura del disco tenía que ocultar la sonrisa mientras escuchábamos las canciones. Sentía una satisfacción personal por ser testigo privilegiado de un nuevo batatazo de Ases Falsos. “Estos cabros no defraudan”, eso quería contarle a mi primo chico (chico le digo y es más grande el weón) que es fan de la banda y a varios amigos más que siguen el grupo. “Este disco les va a encantar” quería contarle a los lectores del DIARIOdeANAFUNK. Espero no equivocarme. Esta canción recoge toda la esencia soul de “Conducción”. Rico po.

“Antes sí ahora no”, octava canción. La cosa vuelve a prenderse. Este es el hit del lado B. Tiene muchas claves Ases Falsos, es pariente de temas como “La sinceridad del cosmos” y “Búscate un lugar para ensayar”. Va a ser una de las favoritas. Es para saltarla en vivo y cantarla desde el corazón.

“Creo que no creo”, es la penúltima y ya se está acabando el disco. Según yo esta es la canción menos buena de “El Hombre Puede”, aunque la parte final del solo de guitarra le suma puntos, lástima que se acaba tan rápido después de eso. Le hubiera dado un minuto más. Quizás en vivo la alarguen como “Fuerza Especial”.

“Trato hecho”, décima y última. La canción empieza con una guitarra acústica melancólica mientras el narrador le agradece a la droga como si fuera una persona que le trata bien. Es bonito el desarrollo de este tema. Tiene un mini solo que llega temprano, un quiebre y luego crece y crece. La relaciono con “Yo no quiero volver” por los giros inesperados que tiene. Esta canción va a agarrar un nuevo aire en vivo, pero me tinca que no la van a tocar mucho.

Ya entrando al resumen general de este repaso por las canciones de “El Hombre Puede” puedo decirles que es un gran disco. Para mí, el mejor de su discografía, aunque declarar eso así como así es un tanto apresurado. Me gustan los álbumes largos, pero pucha qué es cierto eso de que menos es más, por muy cliché que suene. Los 37 minutos de duración quedan tan bien que uno quiere ponerle play de nuevo justo al momento de terminar. Es inevitable. Me atrevo a predecir que EHP les va a gustar a todos, va a ser el favorito de muchos, a mí ya me convenció. Puede que sea una apuesta precipitada considerando lo poco que lo escuché, pero corro el riesgo y me dispongo a leer sus conclusiones. Hablemos el viernes y debatamos desde la vereda del respeto y la altura de mira.

(Al final de esta lectura no respondo porque la ansiedad les haya subido a niveles desorbitantes).

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