La pasada noche del miércoles 9 de septiembre, Planeta No, una de las bandas de mayor proyección dentro de la fecunda escena pop de este país (tan bonito) lanzó su primer larga duración, el disco titulado Odio.
La cita fue en el Centro Arte Alameda, donde tras pavear como un campeón durante largos minutos en la fila de entrada con lista, me di cuenta de que la entrada no era por ahí, sino que al lado donde unas chiquillas guapas vestidas de blanco te recibían al más puro estilo kawaii, te cortaban la entrada y te daban un billete japonés (todo muy bello). Tras el curioso recibimiento, entré a la sala donde la expectante hinchada que esta banda se ha ganado en un tiempo relativamente corto, ocupaba casi la totalidad de los asientos, por lo que me tuve que conformar con sentarme bien al lado, justo frente a Camilo (Camo), el bajista de la banda.
De lo que más me gustó, fuera de lo meramente musical, fue la dedicación estética que le dieron tanto al escenario como a las luces y visuales proyectadas tras los instrumentos, todo muy acorde al arte impreso en la carátula del álbum, y que también podemos ver en el video de “sol a sol”, primer single lanzado de la placa.
Con esos detalles se nota altiro la búsqueda que tiene el grupo, al construir un estilo no sólo en las canciones sino que también en la forma de mostrarse antes y después de su propia aparición en el escenario. Muchas flores para eso, ya que personalmente me encanta cuando las bandas demuestran una línea y una idea de hacer las cosas y en el caso de la banda liderada por Gonzalo García se nota cuan enserio se toma el valor del espectáculo y la recepción que éste tenga por el público (dijo el enamorado). Abrió el set, Odio tema que da nombre al disco; quizás en medio de demasiado silencio por parte de los asistentes, quienes permanecíamos sentados, y que nos quedaríamos así largo rato antes de que tras varios temas alguien gritara “¡me quiero paraaar!” (Gracias, tú, chica anónima que no leerá esto). Pero continuando con la música, para mí que era la segunda vez que los veía, escucharlos nuevamente fue una confirmación de la opinión que se me había formado tras verlos la primera vez y luego haber escuchado el disco, y es que Planeta No es una de esas bandas que son mejores en vivo, ya que su energía, y diálogo instrumental está claramente a un nivel muy alto. A los cinco músicos que componen la formación en vivo se les sumó en algunos temas, Fernando Herrera (Chiki) un connotado de la fauna musical actual, el cual fue el encargado de rellenar espacios cuando Gonzalo estaba en el sinte. A odio le sucedieron una mezcla de temas tanto del EP debut Matucana, como de Odio, logrando una agradable continuidad sonora con temas como Años 90 y Casa okupa, canciones muy prendidas, que fueron puntos altos dentro de la primera mitad del concierto. Además de otros más tranqui como la melancólica y romántica Ser y deshacer o vacaciones de invierno que mantuvieron la mezcla de ánimos muy variada y lúdica con el público. Entre las tallas sobre el nerviosismo y el tamaño del lugar, sobre el cual Gonzalo dijo, “como no voy a estar nervioso mira el porte de esta wea, si siempre tocábamos en el bar Loreto” o algo así, llegó el momento en que el autor de la frase para el bronce quedó solo en el escenario y así solito se mando El Camino natural y 64 en un tono mucho más íntimo, que me emocionó caleta, por que 64 es de mis temas favoritos (biba la deprezion), eso sí hubiera preferido que la banda hubiera entrado justo donde lo hace en la versión que aparece en Odio, para que tuviera ese toque rabioso, pero no pasó nada. En fin, igual me gustó caleta eso que hizo Gonzalo, así como lo hiciera Briceño de Ases Falsos hace unos meses atrás en la última aparición de JP, con los Ases… pero ese es otro cuento.
A lo que me refiero con el amor que me produjo ver al puro vocalista y principal compositor de la banda al frente solo, es que da la sensación de que Planeta No va como avión y se defiende compositivamente desde la célula de una canción, que es cantarla a pura guitarra, y que además tiene de lo que le pidan, (dentro de las fronteras de su pop con guitarras y sintes) y resulta bacán escuchar una banda que pueda tanto hacerte bailar como apañarte en la más depre. Tengo un amigo extremista por ahí que dice que Radiohead no tiene temas malos, y bueno siguiendo la tendencia. Me mojo el potito y digo que Planeta No, no tiene temas malos (he dicho).
Ahora voy a hablar de lo que no me gustó, que no fue mucho pero igual hubo cosas, la primera es que el lugar, a pesar de su sonido bastante bueno, tenía esas cosas malditas donde uno pone su traste y se le quita todo lo prendido que lleva dentro (asientos) lo cual empujó al indeciso público a quedarse como viejas en misa durante buena parte del asunto. Y que incluso tras pararnos para Casa okupa, los perlas nos volvieramos a sentar, problema que fue resuelto en las últimas cuatro canciones, previa invitación de Gonzalo a que dejáramos la flojera y estuviéramos de pie hasta el final. Lo segundo que no me agrado fue la interpretación de El campo, mi otro tema favorito, donde yo sentí que la banda se descoordinó, y sonó apurado e incluso hubo desafinaciones feas a ratos (pero esas son mis mañas de vieja).
Y para cerrar sonaron con fuerza, ya que como dicen por ahí, lo mejor para el final, que en este caso sería, los hits para el final: Señorita y Sol a sol, siendo éste ultimo el single y tema más masivo hasta el momento del disco, y siendo ambas canciones del gusto de todos quienes estábamos allí, poniendo así un broche perfecto a un concierto que se pasó rápido pero que se disfrutó mucho.
Sólo queda desearle mucha suerte a Planeta No, y mandar a quienes no los han escuchado (A la chu…) a escucharlos, ya que tienen una propuesta muy interesante y temas pegotes, lo que toda/o chica/o guapa/o como yo quiere.
Pd: JP tus segundas voces me hicieron replantear mi orientación sexual.
(Texto por José Torres // Fotos por Murielyn & Tillo)