No queremos alardear (bueno ya, quizás un poquito), sino -y más importante-, celebrar con ustedes nuestros logros más representativos del 2017. Ha sido un año de mucha cosecha (ejalé) para el Diario, lleno de pasos que han alegrado el corazón de todos los que, con cariño, aportamos en esta ardua misión de apoyar la música chilena, y todo lo que gracias a ella se moviliza. No son graaandes ostentaciones, no nos hemos ganado un premio, ni un fondo, no nos han acreditado para el Festival de Viña ni nos han invitado a la televisión abierta. Sin embargo, estos momentos son para nosotros grandes triunfos que hemos disfrutado a concho y de los que nos sentimos súper orgullosos.
Acá les van:
- La vez que nos tomamos todo en los Premios Pulsar.
Gracias a las invitaciones que recibimos por parte de algunos amigos del mundo musical, es que ese día terminamos todos sentados en la galucha de los Premios Pulsar 2017, finos y elegantes, listos para vivir la experiencia televisiva más importante de ese mes. Aplaudimos a nuestros favoritos, admiramos el look de la Paz Court, que nos envió corazones por el Instagram, cuchicheamos, abucheamos cuando ni El Cómodo ni Los Vale ganaron nada y bailamos con Gepe al final de la ceremonia oficial. Todo entretenido aunque lo mejor, sin desmerecer la alfombra roja por supuesto, fue el cóctel, comimos desde canapés a mini pasteles de choclo, para rematar con pie de limón y chocolate. Además, claro, de los brindis con tragos que sólo se sirven en año nuevo o para ocasiones especiales, que nos terminamos de tomar en el patio techado, algunos a pata pelá, comentando los pormenores sin ganas de devolvernos a las casas.
- La vez que casi incendiamos a Felipe de los Amarga Marga, celebrando nuestros 5 años.
Porque sí, hace ya unos meses que cumplimos 5 años y tuvimos que celebrarlo, no sin antes casi incendiar al Felipe Amarga en la sesión de fotos promocionales. DE VERDAD QUE NO LO PLANEAMOS, DE VERDAD QUE SIGUE SIENDO DIVERTIDO. Bueno, las cosas se fueron tramando de a poco, entre varios fracasos logísticos y una que otra frustración, pero finalmente lo logramos. El 9 de Junio nos reunimos para festejar con los Amarga Marga (graaandes ídolos mundiales ♥) tocando sus canciones y el DJ Pato Pérez como rey del pary, cinco años de trabajo y amistad. Fue muy bonito haber podido regalar cositas, que a su vez nos obsequiaron a nosotros para que el evento resultara la patá. Con Karen en Brasil y Jaque enfermo yéndose a las 2 am del Bar, así y todo, la felicidad fue máxima. Más encima estrenamos fanzine eeeh. Todos los que fueron hicieron que funcionara y con eso, nos sentimos más que premiados.
- La vez que nos creímos famosos grabando para un documental.
De esto no podemos hablar, aunque los más sapos de seguro entenderán el asunto. No es Hollywood, sentimos decepcionarlos 🙁 no habrá película DdAF, pero lo que se viene… uf, TERRIBLE PULENTO. Estén vivaldis.
- La vez que dijimos “hagamos una fonda, será divertido”.
Vamos a ser honestos: nos costó llevar el trabajo enorme que implicaba el evento que soñamos una vez, comiendo pizzas por ahí, conquistando el mundo mientras conversábamos. Sin embargo, pese a que no somos grandes gestores ni productores, pudimos dar cara y la Fonda de AnaFunk resultó bien bonita. SPATCH, el piso Sideral, los puestecitos de comida, el luche de la música shilena, las bandas invitadas, todo fluyó y se armó. Nos peleamos, sí; lloramos, también; quisimos tirar la esponja, casi… pero aprendimos un montón y conversamos de todo lo que implicó esta aventura, para cerrarla así, de la mejor manera posible. Dos cuestiones importantes que descubrimos ese día fueron que Karen es una gran anfitriona y que Jaque se cura cuando está nervioso. Oye, ¿hagamos otra fonda?
- La vez que tuvimos sección propia en el late show de Picnic.
Fue como otro sueño hecho realidad. Mejor que aparecer antes del horóscopo en un matinal o que ser panelistas de algún programa farandulero. Al principio fue como “oh, pero no sabemos nada de estas cosas, cómo podremos aportar”, sin embargo, el equipo de Picnic nos motivó a pensar en todo lo que podíamos hacer si le poníamos empeño juntos. Los tras bambalinas siempre fueron de lo mejor, igual que los chascarros y los bloopers. “El fan pregunta” no era tan fácil de pensar, pero al final igual aparecían preguntas que nos sacaban a todos varias risas. Estamos agradecidos de haber podido conocer de cámaras, de callarnos en las grabaciones y de dejar comida para las bandas. Que Picnic haya confiado en nosotros y nos invitara a participar en su cuarta temporada fue muy importante. Vean los capítulos po, son 100% amor.
- La vez que llevamos un powerpoint a Celadores 2017.
Cuando íbamos caminado por Matucana a comer completos antes de la presentación, todavía no creíamos que eso estuviese pasando. Y aunque ese día la micro sala de M100 no se llenó, fue significativo escuchar al Tillo y a la Muri mostrando lo que es el Diario, cómo ha evolucionado y qué es lo que está haciendo en la actualidad. El powerpoint que de repente avanzó de la diapositiva 3 a la 10 en cinco segundos, dio cuenta del nervio, pero también de las ganas de estar presentes ahí. Lejos la mejor parte, que siempre nos repetimos cuando estamos ebrios, es cómo los dioses del Olimpo DdAF se conocieron, se enamoraron y decidieron dar vida al proyecto. Uy.
- La vez que Héctor nos retuiteó.
Porque Héctor es un hito para muchos corazones melómanos del equipo, fans de los Fother Muckers y su legado. Héctor, una leyenda, un monstruo de las cuerdas, un rostro de proporciones, retuiteando el “Versos Favoritos” que la Cata escribió, cortándose las venas. Un honor de aquellos.
- La vez que escuchamos primero que todos (lero lero) el disco debut de Niña Tormenta.
Es unánime el recuerdo que tenemos de esa tarde en Estudios Triana, escuchando el disco debut de la Tiare aka Niña Tormenta: gente linda haciendo cosas con amor. A todos nos erizó los pelos el estar allí, entre un grupo de amigos que acompañaba ese momento con la misma emoción que nosotros. “La cagó, está demasiado hermoso” repetíamos a cada rato mientras comíamos pancito con palta y tomábamos jugo de frutilla en la mesa té club que armaron ese día los chiquillos para recibir a los invitados. Fue como estar en casa 🙂
- La vez que le regalamos una chapita del Diario a Lean Bravo.
Por ahí por marzo, conocimos a Lean Bravo, músico chileno radicado en Berlín (Alemania) cuya historia nos tomó a todos. Nos prometió venir a tocar a Chile algún día, y este diciembre cumplió su promesa. Fue una emoción gigante compartir esos momentos de concretar por fin el sueño de Lean, de traernos su música por estos lados y tener por fin un público de las tierras donde nació. Le deseamos todo el éxito, lo mandamos de vuelta a las europas con mucho cariño, esperando que ojalá vuelva pronto.
- La vez que Javiera Mena compartió nuestro meme de fin de año.
El Diario vota 5 indiscutiblemente. Esta compartición nos trajo mucha fama de 10 minutos por instagram, pero oigan, en realidad hacemos muchas más cosas que memes y videos graciosos jiji.
- La vez que nos sacamos esta foto, con pizza y limones.
Esta foto es de Marzo del 2017, cuando nos juntamos en la casa de la Cata e hicimos un carrete con limones y pizza. Todo comenzó cuando pasamos a buscar al Tillo a la tienda y nos hizo esperar caleta por ahí en Huérfanos 🙄. Luego Karen nos llevó a todos en el auto y nos fuimos escuchando reggaetón (porque al Francis le gusta salir a vacilar todos los weekends irse janguear y se sabe todas las canciones). Ese día, además de cantar y pasarla bacancito, programamos harto de lo que se vino a posteriori durante el año, nos ilusionamos y motivamos para dejarlo todo en la cancha. Y claro que fue así, ¡lo dimos todo!
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Este es el listado oficial, pero nos quedan muchos otros momentos requete importantes fuera, que no son tan “vinculantes” por decirlo de alguna forma, pero que siguen demostrando cómo nos unimos más por medio de la música. En particular, de la que se reparte en nuestro escenario local; el cumple de la Cata viendo al Pedropiedra, los festivales en cancha general (nunca seremos VIP), las previas en Bellavista antes de ir a Loreto o algún bar de por ahí, los intentos fallidos de paseo en el auto de Karen, los momentos tristes de la contingencia donde nos supimos escuchar y apoyar, conocer al Omar y a todo el Colectivo Sideral, las celebraciones “laborales” que el Diario hizo posibles, la primera vez que vimos tocar al Tillo, etcétera, etcétera. En fin, nos queda recordarles que no somos periodistas de profesión, ni grandes sabiondos de nada, sólo amigos tratando de hacer lo que nos gusta. Gracias a todos los que nos acompañan en esto, los queremos mucho, que sea un bonito comienzo de año.