(Entrevista por Tillo).
Todos sabemos que ser profe en Chile es una tarea difícil de realizar. La complejidad de tu labor aumenta considerablemente si escoges la música como área de especialidad. Y si a eso le sumas una manera innovadora de cómo educar a tus pupilos entonces definitivamente quieres jugar en el nivel de máxima dificultad. Gisselle Merino, profesora de música, tomó todos estos desafíos y acá nos cuenta su experiencia.
Con 26 años de edad, Gisselle cambió su ciudad natal Quillota por Santiago para dedicarse a trabajar en la carrera que estudió en la Universidad de Playa Ancha: Pedagogía en música. En agosto del 2017 Gisselle cumplió un año de contrato en el Colegio San Agustín, establecimiento ubicado en Ñuñoa, donde la profesora y baterista de la banda Los Moltar decidió realizar un bellísimo proyecto musical con sus alumnos de enseñanza básica: grabar un disco con covers de Yorka, Pedropiedra y Jorge González.
¿Cómo fue el proceso de grabar este disco con niños de primero a cuarto básico? ¿De dónde salió la idea?
“La idea surgió porque sentí la necesidad de utilizar los recursos que el colegio tiene. Antes trabajé en colegios en riesgo social, en los que aprendí mucho, y tenía tantas ideas pero casi nunca se podían llevar a cabo. Sin embargo, en el Colegio San Agustín, desde el inicio de las ideas que se me ocurrían, me apoyaron. Por ejemplo cuando quise invitar a Yorka a dar un concierto y a su vez que tocara con los niños de mi taller, con los que dentro del repertorio vimos su canción ‘Rinoceronte’, me dijeron que sí altiro y los niños estaban felices. Pensé y conversé con mis alumnos esta idea y ellos estaban muy motivados. La verdad es que, idea que se me ocurre la hablo con los niños. Mis clases son siempre un acuerdo con ellos, nunca tomo las decisiones sola, ni siquiera para el repertorio que vemos. Les llevo varias opciones y entre ellas elegimos la que más les gusta. En fin, luego de comentarles la idea al colegio, y también preguntarle a los apoderados, lo llevamos a cabo. Ufff, fue harto trabajo, más que nada de gestión, como son niños pequeños todo debe consultarse a los padres y el único medio es la comunicación. Algunos contestan rápido, otros se demoran, pero siempre tuve apoyo de mis compañeros del Departamento de Artes del colegio. Mientras realizaba estas gestiones, pensé bastante en la carátula y todo eso, tenía unas ideas sin hilar, pero gracias a mi colega Rebeca Quesney, quién me ayudó bastante con el diseño del disco, pudimos ordenar las ideas y realizamos en conjunto con el taller de artes, toda la parte visual del disco a mano de los propios niños de la misma edad, pero de su taller.Ellos iban a mis clases a oír los ensayos de sus compañeros y luego se iban a dibujar lo que escuchaban y sentían. A raíz de eso, se hizo un concurso para elegir los ganadores y esos son dibujos que se pueden ver en el disco. Fue un trabajo arduo y muy hermoso, pero que sacamos adelante junto a David Catalán, un Ingeniero de ejecución en sonido muy seco que me ayudó a grabar las canciones . Igual yo siento que tuve harto apoyo, pero así y todo fue mucho trabajo”.
“Es siempre un aventura. En ambos talleres los niños son niños, jajaja yo creo que uno también tiene que volver a ser niño cuando les hace clases, si haces mucha diferencia ellos se aburren. Cuesta igual que se queden quietos y concentrados, o que se relajen. Uno mismo cuando graba se pone nervioso. La mayoría son bien inquietos pero como había que repetir la canción si es que se equivocaban o hacían algún ruido en el micrófono, ya entendían que a medida que seguían las indicaciones menos nos demorábamos. Yo creo que ese es el camino, en el que ellos mismos se dan cuenta de los errores, y solos toman una actitud. Como decía antes, es difícil y hay que tener paciencia, mucha, pero todo bien. Todo es aprendizaje, tanto para ellos como para mí”.
“Las canciones elegidas fueron principalmente porque el repertorio que estoy enseñando en básica es sólo música chilena, a excepción de ‘Había una vez una gata’ que es una canción que una amiga me recomendó y la encontré muy tierna. Pero todo el año les di tareas como que escucharan música nacional, porque cuando les preguntaban me hablaban de puros artista extranjeros. Así de a poquito yo les fui mostrando canciones. ‘Rinoceronte’ de Yorka, sólo se las mostré y enseñé, sin preguntar, pero les encantó a la primera escucha, así que la dejamos altiro, y por lo mismo nació lo de invitarla, aparte de esa canción también tocamos ‘Evidente’, de a poquito los niños me decían ‘Tía, ya me sé completo el disco de Yorka’, ‘Tia, Yorka va a tocar el viernes en X parte’ y así me daba cuenta de a poco que ellos mismos iban investigando. Con ‘Lluvia sobre el mar’ de Pedropiedra pasó algo parecido, les mostré varias canciones de él, y esa quedó. También recibí comentarios de alumnas diciéndome : ‘el otro día fui a ver a 31 minutos y el que tocaba la batería era Pedro Piedra’. ‘Mi casa en el árbol’ nació porque el año pasado les enseñé ‘Tren al sur’, y les hablé de Jorge González, les conversé de él y hablamos del disco solista en el que se encontraba la canción, y esa fue la que más gustó. En sí, la idea es que escuchen más música chilena. Da lo mismo el estilo, y aunque yo sé que es importante saber de Violeta Parra o Víctor Jara, hay demasiada música local súper buena dando vueltas. Parte por nosotros indagar, investigar y escuchar más. Como profe, eso es súper importante, ir a tocatas, conciertos y re educarse en la música. De hecho yo le hago clases a cursos de pre básica, y les hablo de la música, conversamos mucho, los niños quieren saber. Les he enseñado qué es lo que hace el sonidista, el roadie, etc. Me gusta porque cuando manejan conceptos en general ellos saben utilizarlos. Partir por decirle que el ‘palito’ del metalófono o la batería, se llama baqueta. Cosas pequeñas pero que ayudan a educarnos”.
“Creo que en algunas respuestas anteriores respondí un poco, pero creo que falta mucho, aunque yo trato de aportar desde mi vivencia a la educación. Hay establecimientos que te apoyan y otros que no. Pero eso jamás va a ser un impedimento para educar y realizar cosas. Yo he enseñado lo mismo en colegios en riesgo hasta en los con más plata. Tienen la misma cantidad de hora, eso no cambia. Siento que como profes, tenemos el deber de ser busquillas, actualizarse y entender que la tecnología, la música y la vida avanzan, por lo tanto tenemos que pensar y entender la educación, contextualizándola al lugar, a la edad, a los gustos, para así poder captar y motivar a nuestros alumnos. También entiendo lo desgastante que es el trabajo docente. Tiene que haber mucha vocación en esto, porque hacer clases de corrido, te agota y por más que quieras hacer cosas, las horas y el cuerpo no te dan. Yo no tengo tantas horas en el colegio, por eso mismo pude hacer esto, varios días me quedé hasta tarde, los últimos días hasta las 20 hrs con mi colega, imprimiendo los libritos que van dentro del disco, corcheteando, y grabando cada disco. Haciendo los paquetitos, cortando, etc. Es arduo, por lo que no digo que no se pueda. Sólo hay que tener bastante vocación”.
Los niños opinan sobre la experiencia de grabar (entrevistas realizadas por Gisselle Merino):
Escucha el disco completo acá:
1. Había una vez una gata
2. Rinoceronte – Yorka
3. Mi casa en el árbol – Jorge González
4. Lluvia sobre el mar – PedroPiedra