Estallando como granadas, Protistas en Bar El Clan (30/4/15)

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Caminando por Bombero Núñez una idea terriblemente heavy me acechaba: siendo 30 de abril del 2015 “era mi primera vez” con Protistas; el primer encuentro cara a cara con los sonidos noise-pop, desde mi perspectiva, más intrépidos de la escena musical chilena. Y cinco años más o menos pasaron desde el Nortinas war hasta este momento.

Con la Cata llegamos temprano (como siempre, esto no es un reproche ah), a las 22:30 aproximadamente y El Clan ya desplegaba sus puertas para recibir a los Protistianos. Poco a poco la barra del Bar fue acogiendo a los más puntuales, las botellas de cerveza comenzaron a circular, las mesas fueron coloreándose y los minutos amontonándose sobre la espera interminable que siempre aparece en las tocatas y los recitales.

Y ahí estábamos todos juntos esperando las canciones del último disco de Protistas, Nefertiti, estrenado en Octubre del año pasado. Aprovecho esta oportunidad para contar lo siguiente: navegando por internet, me enteré que la portada del disco se trata de una foto familiar de los años 80 en donde aparecen la hermana de Álvaro (el vocalista de la banda) y Nefertiti, la gata que da nombre al disco. Supe también que está  dedicado a la memoria del padre de Álvaro y claro, desde ahí uno puede ir entendiendo mejor por qué tanta recurrencia a algunos temas tales como la familia, los fantasmas, los hospitales, las obsesiones con la muerte, etc. Siempre he creído que las canciones de Protistas tienen de esas letras que son más para pensarlas, escucharlas varias veces para poder antojar algún sentido, alguna señal de lo que representan y es esa búsqueda infinita de la interpretación, lo que desde mi punto de vista las hace más entretenidas.

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Volviendo a El Clan, a eso de las 23:45 el cuarteto finalmente aterrizó sobre el escenario. “Florecimiento”, el décimo tema del disco, fue el encargado de abrir la jornada; lo siguió el inmediatamente reconocible ritmo pegajoso de “Mi familia”, single que consagró su fama con el tremendo video que este mismo año llegó a alegrarnos las vacaciones y los calurosos días de verano. Unos últimos, aún algo tímidos pasos de baile y sin interludio “Nicaragua” sorprendiendo a varios. Track número siete del bien respetado Nortinas war, primerísimo disco de estudio.

Luego de esta introducción, Álvaro sosteniendo su nueva compañera, guitarra hermosamente celeste que combinaba de maravillas con su camisa y el fondo del Clan, saludó y agradeció la presencia del público. Unas breves palabras y sin más preámbulos comenzó a sonar “Hospital Salvador“, sencillo hecho video hace menos de 48 horas. “No tengo razonamiento mi obsesión con la muerte me llama ah ah ah” coreábamos siguiendo el ritmo entre lúgubre y melancólico del tema que eriza los pelos. Al hilo “Ojos favoritos”, segunda canción del disco y… agarradita detrás “Mi pieza”, apareció para reencontrarnos con Las Cruces, segundo disco de la banda lanzado en Abril del 2012. Para finalizar esta sucesión el cuarto track del disco que lleva su mismo nombre, “Nefertiti” y las alusiones eternas a la muerte, la espera y la memoria: “¿dónde van los recuerdos cuando ya no queda nadie?”.

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Volvimos rapidito al Nortinas war con “Incendio en mi corazón”, que no se aleja tanto de las alegorías del Nefertiti: “querido hermano, no te escribo hace años”. Y sin respiro siguió “En mis genes”, el primer single del último disco (y canción con la cual tengo un amorío personal) que según mi propia teoría, relata esa inevitable herencia familiar que parece ser más tú que tú mismo: “y así yo ya no soy yo, soy algo más, pero menor”. Datito freak del video de la canción: lo dirige Matías Rojas, director también de la película Raíz, en cuyo soundtrack participa la banda. Luego, siguiendo con los éxitos populares, fue el turno de “Granada”, bien bailado por muchos mientras cantábamos “necesito que me ayudes a estallar”; pareciera que, al menos para los que nos acompañaban en la primera fila, era bien fácil estallar esa noche en El Clan.

Una vez finalizado este hilo de temas sucedió algo bastante curioso. Álvaro comenzó a disculparse con el público y nadie por supuesto entendió por qué. Finalmente agregó: “yo sé que es bien fome, pero estoy resfriado, ¿Alguien me podría prestar un pañuelito?” y mientras entre risas y gestos de ternura muchos buscaban en sus bolsos, una mano estiró un vaso demasiado cerca del escenario, tentación que al parecer Álvaro no pudo resistir, usurpando el trago para devolverlo 3 canciones después prácticamente vacío (“¿De quién era esto? Me lo tomé todo, lo siento” expresó).

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Ya bien sonados (y bueno digámoslo, copeteados) regresamos a Las Cruces con “Mysterious skin”. Le siguieron dos éxitos más del Nortinas, el mismo “Nortinas war” con su insuperable introducción y “Videocámara” uno de los más disfrutados de la noche. Eran aproximadamente las 00:45 y los setlist anunciaban que ya estábamos llegando al final de la presentación. Álvaro aprovechó y se mezcló con el público para interpretar estos últimos sencillos, manteniendo la emoción a flor de piel en todos los que ya comenzábamos a lamentar el cierre. “Supertroll” fue la encargada de despedirlos con unos casi seis minutos de duración, que en esta ocasión pudieron haberse sentido paradójicamente más veloces. No hubo “bis”, el público esperó unos minutos pero el cuarteto ya se había esfumado; entonces la música ambiental, los cuchicheos y los técnicos desmontando confirmaron lo real del término.

Si bien no sonó Nefertiti completito, las canciones del disco escogidas fueron precisas. La incorporación de temas antiguos a lo largo de todo el show, logró a la perfección ese efecto notable de nostalgia al que nos convoca su aparición.  Protistas supo cómo teletransportarnos, cómo envolvernos en esa sensación rejuvenecedora que provoca el encuentro con hits de otros tiempos; pero también, siempre manteniendo la primicia, pudo conquistarnos con sus nuevas prestezas, fieles a su estilo, potencia y autenticidad musical. ¡Así como su propio sello, (o bien, esencia si somos más místicos) nos sentimos esta noche: recordando lo que fue, sin perder la expectativa! Gracias Álvaro, Andrés, Alejandro y Julián por esta apasionante manera de hacernos llegar su producción. Lo que es yo, me anoto inmediatamente para una segunda y quizás cuántas más próximas veces.

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Revisa nuestra galería de fotos de  esta tocata pinchando aquí.

(Texto por Carlos Jaque  // Fotos por Catalina Paz)

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5 respuestas

  1. Un amigo con el que fui a ver a Protistas el 30, me dijo que revisará este posteo. A nosotros no nos pareció el mejor show de ellos, quedamos con gusto a poco y una sensación rara de un vacío, unos Protistas que no lograron prender al público, que si bien coreaba las canciones, estaban atónitos mirando el vacío. Eso nos pareció raro.

    Por eso mi amigo me recomendó esta columna seguido de un “qué vio? fue a la tocata?” Creo que el reseña o review es bastante pobre, a nosotros no nos pareció un buen sonido ni el desplante en el escenario, si bien Protistas salva con su calidad, pudo haber dado mucho más. Estoy muy de acuerdo con el análisis del setlist que planteas. Además, no pido que Protistas este al nivel de las puestas en escena de Talking Heads o St. Vincent, pero creo que destacar el color de la camisa dentro de la puesta en escena, no me convence mucho; aunque hay que reconocer que Protistas da un buen show, aunque el del 30 no fue lo mejor de ellos.

    Luego de dar una segunda lectura, me da la impresión que es la misma sensación cuando un adolescente quiere perder la virginidad y hasta que simplemente pasa, no hay comparación y siempre “será mágico”, aunque haya sido la peor relación sexual que uno pueda tener, siempre se describe mas los detalles y las sensaciones previos y posteriores mas que el acto mismo; eso es lo que me pasa leyendo este review, creo que estas obnubilado y te quedas en detalles menores que son un adorno barato de lo realmente importa: un show que fue bueno, pero no el mejor. Al final me da la impresión que lo escribe un gropie de la banda más que un amante de la música, lo que es una diferencia gigante entre un buen cronista de música y los que quedan en el olvido.

    Lo que uno pide cuando lee review de shows, es hacer un feedback y darse cuenta de los pequeños grandes detalles, no de una visión llena de una gran prosa o una experiencia muy personal.

    1. Hola mauricio, muchas gracias por comentar nuestra reseña. Sólo quería señalarte que DdAF es una página sobre música chilena realizada por no-periodistas y no-fotógrafos. Somos todos fanáticos de los sonidos locales (llámele groupie, fan, melómano; el término a utilizar no nos preocupa la verdad) y la línea editorial de la web es escribir reseñas desde ese punto de vista. Es por eso que te podrás encontrar con detalles insignificantes para ti, pero importantes para el autor, porque la música en vivo se vive de infinitas maneras según cada espectador. Acá nos importa la experiencia personal por sobre todas las cosas, por eso el nombre del blog alude a un famoso diario de vida.

      Me parece genial que tú y tu amigo hayan vivido algo completamente distinto a Carlos, nuestro colaborador. Esa es la gracia y acá está el espacio para conversar sobre ello, sólo quería aclararte cuál es la dinámica de este sitio que se hace con pura honestidad y cariño. Un abrazo Mauricio y nos vemos en una próxima tocata.

  2. Yo fui y lo pasé increíble. Estoy de acuerdo con que no fue el mejor show de Protistas en el que he estado pero en ningún caso creo que la música se trate de estar todo el tiempo exigiendo más. Hay experiencias más íntimas que otras, menos movidas quizás pero en ningún caso peores a las que puedan estar teñidas de más intensidad y/o efusividad. Al menos yo ese día baile mucho y varios de los de la primera fila nos acompañamos en eso.

    El público es gran parte del espectáculo y encuentro cómodo responsabilizar a la banda por algo que ciertas personas más intransigentes no pueden tolerar.

    Por otro lado, los chicos encargados de la reseña comentan bien clarito que fue su primera experiencia en vivo con los Protistas. No me extraña que hayan disfrutado tanto pues el show estuvo bien completito y cálido.

    A veces cuesta un poco dejar el ego y la altenería fuera del mundo de la música y muchas veces es el público quién más lo hace notar. No tiene que ver con criticar pues la crítica es la que muchas veces moviliza diálogos y cambios… El punto es cómo nos posicionamos frente a nuestros propios deseos de querer validarnos sin respetar al otro que vive y siente ciertos momentos de manera distinta.

    Aguante cabros de DDAF por representar un medio próximo a todos los que vivimos los recitales desde las canchas, desde más allá del espectáculo y relatar bien de la guata lo que es posible encontrar en distintos sitios donde lo que vale es la música! Poder vivenciarla desde múltiples versiones, tripas, ojos, oídos, corazonesasíhippie, etc.

  3. Hola amigos del diario.
    Me parece que el comentario de Mauricio es respetable, pero súper ególatra y mal intencionado. No creo que se necesite siempre de experticia técnica para generar buenos aportes. El profesionalismo no era reconocido como tal cuando los bohemios impulsaron una época de obras maravillosas. Encuentro válido quien crea que el arte pueda o deba depender de una academia, pero en lo personal, soy más partidario de su espontaneidad.

    La columna está impeque. Bien redactada, con esa reflexividad rica de quién escribe desde su propia vivencia. Yo no fui ese día, pero unos amigos me contaron que el show de los Protistas estuvo bien entretenido; que el setlist estuvo variado (porque como salía en el evento, eso de que tocarían todo el Nefertiti no era muy llamativo para ellos) y que en definitiva, fue bacán poder compartirlo con gente más grande porque el ambiente se da diferente a cuando va público de todas las edades. Quizás por eso menos movido jajaja aunque esto ya es un prejuicio, todos después de los 20 podemos seguir muy prepúberes uy uy.

    Eso no más.
    Las fotos están bacanes y la reseña igual. Y me gusta mucho esa canción de Las Cruces, Granada, es biuti.
    Saludos.

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