Sexual democracia celebró sus “25+2” años de trayectoria, una carrera NO marcada por éxitos radiales ni discos de oro, pero sí por la prolífica discografía de una banda de culto que perfectamente podría haber estado marcando tendencia en los rankings, y que, quizás por circunstancias ajenas a su gestión o quizás por opción, se ha mantenido rodando con un empuje a toda prueba, y logrando permanecer en los oídos de generaciones de fans fieles como ellos solos.
Un recinto de lujo como el Teatro Caupolicán para un show generador de emociones, que la fanaticada de la banda disfrutó como cabros chicos. Versiones poderosas de sus clásicos, coreadas por familias, papás con sus hijos y “calcetineras” que eligieron gozar con el Miguel y banda en vez de ir a ver a Chayanne (jaja). 
Pirinoli entre el publico y el señor animador auguraban una jornada condimentada con tintes simples y cotidianos, lejos de cualquier divismo, que culminó en un show honesto y al hueso. Clásicos como “Me querrás igual”, “Sudamerica suda” (disco de cabecera para mí), “Los pitutos”, “Regionalización”, hicieron el deleite entre la gallada. Momentos épicos como “Sudaecuaciones” junto a una espléndida voz femenina, o los temas donde entraba el BAFOVI, impecable ballet de Viña del Mar, o “Bomberos, los chicos buenos”, interpretada junto la banda del Cuerpo de Bomberos de Santiago en pleno, hicieron de este concierto un momento inolvidable y digno de una celebración tan importante como son casi 30 años de carrera.
El humor, la impecable ejecución de los músicos, la disposición del público, que al interpretar “Marichiweu”, fue invitado al escenario, donde se produjo un hermoso desorden comandado por el Miguel, o el cúlmine instante en que el frontman se lanza de espadas sobre las manos de sus seguidores, cual rockstar, de seguro, dejaron pelando el cable a gran parte del publico.
Sexual Democracia, esa banda que escuchamos siendo unos pendex, sin saber por qué le cantaban a los condones ( y sin saber qué eran ni pa’ que servían), o qué diablos era la regionalización, celebró un ciclo. Nostalgia y alegría mezcladas de forma auténtica, un momento bonito el cual agradecemos poder haber presenciado y gozado.
Así que sin más que decir:
A la cochiguagua Luchooo!!!
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(Texto por El Nano // Fotos por Tillo)
