ENVIADO ESPECIAL: FELIPE RODRÍGUEZ estuvo reporteando y acá están los detalles sabrosos!
No sé por qué, pero para este tipo de eventos magnos tengo la manía de llegar temprano, siempre poniéndome en el caso de que el lugar va a estar repleto y que por algún motivo no voy a poder entrar, así que para seguir con la costumbre, llegamos tempranito con Pablo Aldana, fotógrafo estrella y amigo personal. Esperamos a Patito frente al gran Barsovia (estandarte rockero de Talca, para los que no lo conocen), otro mejor amigo, que llega minutos más tarde en bici, porque así se carretea en Talca: en bici, a lo choro. Esta era la sexta vez que veo a Ases Falsos en un año, pero ahora era diferente, no sólo porque fuera en mi natal y fome hermosa Talca, sino también porque el show iba a ser en un espacio reducido, con menos gente que de costumbre, con la banda tocando más de cerca, con el público de pie, y por supuesto, con un poquito de alcohol corriendo por las venas. Y todos sabemos que eso cambia las cosas. Se nos venía una noche íntima pero intensa, por muy porno que suene, iba a ser así, firmado.
Entramos acreditadísimos al fantabuloso Barsovia para la nueva versión de la Rockelectro Sessions, y nos pedimos unas cervezas, bien negras, como los machos. Empiezan a llegar más amigos y se ve bueno el ambiente. Nos pegamos el cacho que los brocas están haciendo la prueba de sonido. La puerta de la sala donde va ser el show está perfectamente asegurada con un barril, pero nos vamos al patio de Barsovia y vemos a los boys por la ventana, tocando joyas como Lobo Mayor, Venir es Fácil, y Duele, Duele, el sexy cover de Frecuencia Mod que desenterraron los amigos. Después de un ratito salen los chicos, muy piola y bien abrigados, porque puta que hace frío en Talca, y hacen un intercambio de saludos breve con los fanboys.
Alcanzamos a ver un poco de Santinos, banda local que abre el show, y nos vamos a tomar otro poco más (perdonen lo ebrios, somos víctimas de la publicidad) antes de que salga Ases Falsos al escenario. Volvemos y ya está todo listo.
Al ojo contamos poco más de 100 personas. Ya, pongámosle 150 amigos ansiosos por ver a, en formación de izquierda a derecha, Del Real, Rojas, Briceño, Garín, y Sánchez (y Michel, el roadie fiel). Nos abrimos paso hacia adelante, frente a Briceño, pidiendo permiso, por su pollo. Ná de hueás: nos vamos con Simetría, que ya la habían usado para abrir el show del Neutral de Invierno el pasado 2 de Agosto. Bonita, para los fanatiquiwis ya es un clásico y no sólo es siempre bienvenida, sino que esperada y exigida. La Sinceridad del Cosmos prende los motores, y los cabritos y cabritas del público empiezan a saltar. Puta que echaba de menos eso, un gustito que había estado reservado sólo para el final de los últimos shows que habían dado en Santiago; ahora iba a ser hueveo todo el rato, así que nos afirmamos bien.
Lobo Mayor, Patito la quería escuchar, yo la quería escuchar: nos damos por pagados y la multitud se entrega de una. De adelante es re mala la calidad del sonido que nos llega, pero da lo meeeesmo, queremos saltar y cantar. No es una noche donde reine el espíritu crítico. Es tanta la energía del público que de casualidad le desconectamos el retorno, y rápidamente Michel se presta a solucionar el problema. Suena Nunca se apaga, de los Fother Muckers, La Gran Curva, Séptimo Cielo, Salto Alto y Venir es fácil. Estamos pidiendo agüita, aunque la cerveza es mejor en este caso. Los vasos se comparten y hay buena onda en el público. La estamos pasando bien. El Sr. Briceño introduce Nada como una canción que no ha funcionado muy bien. Pero acá eso no importa, porque hay gente que se la sabe y la canta. Todos felices, y más con Búscate un lugar para ensayar, que tiene buena recepción, y por lo mismo la han estado tocando en cada presentación.
Le siguen la abstracta Flor del Jazmín y la sorpresiva Gran Puente, inspirada en el siniestro caso de los hermanos Rojo de Puente Alto. Hasta ahora el setlist es maravilloso. Para el final nos queda 2022 y los suspiros correspondientes del público. Sólo Briceño la podía hacer más especial de lo que es, improvisando líneas casi sacadas de un poema de Neruda como: “por el chico no hay guagua” o “por ahí no, no por el camino de tierra”, que hacen de 2022 una canción mucho más compleja e interesante.
Nos vamos despidiendo, y los boys se entregan a su público. Siempre encuentran algo nuevo que hacer en Pacífico, y esta vez, en el verso de “yo quiero estar contigo, se opone la barrera de lo submarino”, Briceño pide que la intensidad disminuya un poquito, le canta a una chiquilla que está justo frente a él (más tarde sabríamos que se llama Azucena, la amiga), y le dice al respetable que se siente en el suelo. Acto seguido lo tenemos al lado de nosotros, sentado, cantando (y es re poco lo que me acuerdo en verdad, a estas alturas el efecto del alcohol es evidente, o quizás sea el fanatismo que nubla los recuerdos, quién sabe). El público está eufórico y todos toquetean a Briceño, pero en buena, sí po.
Todos contentos, el show termina. Se pide el bis de rigor, pero los Ases Falsos ya están lejos del escenario (entiéndase al lado, a 1 metro). No subirían de nuevo. Patito averiguó por ahí que durante el show habían llegado los amigos de verde por el ruido, así que el show tuvo que ser más corto. Irónicamente, nos perdimos Fuerza Especial. Hubiese estado bueno, pero qué se le va a hacer. Redondito show, caras sonrientes por todas partes, y nos quedamos a seguir compartiendo con los amigos en la comodidad de las instalaciones de Barsovia. Insisto que estos compipas no aburren, dan ganas de ir a un show tras otro. Eso le explicaba a Pablito a la vuelta, caminando por la 1 oriente de Talca, que son pocas las bandas chilenas hoy en día que toquen tan seguido y se entreguen tanto en cada tocata, y más que eso, que logren transmitir esa energía al público. Supongo que lo han sabido demostrar. Los Ases Falsos son una banda de culto por excelencia. “Sonaban bien mal, siempre les pedimos más!”.
Agradecemos a Produktora Rockelectro la invitación!!